Con la tecnología actual, ya es posible reponer piezas dentales pero siempre con la colaboración del paciente, es decir, debe tener muy en centa que durante los dos –tres primeros meses, no debe utilizarlo para partir ni morder alimentos de consistencia dura.
Cuando ponemos un implante, lo primero que ocurre es que lo fijamos directamente al hueso por presión, al estar con una fijación fuerte, es posible añadirle una pieza dental. Lo que ocurre, es que pasadas varias semanas, esa fijación primaria que teníamos, se va sustituyendo por otro tipo de fijación que es el crecimiento de nuevas células óseas alrededor de todo el implante (es como si éste se quedase soldado al hueso) y durante éste proceso, la estimulación externa del implante puede provocar fracaso, por tanto, aunque es una solución excelente, necesita de una buena colaboración del paciente para lograr el éxito del tratamiento.